La Lucha de José Fernando Penelón contra las empresas privatizadas de la época y los consorcios transnacionales
Concentración Obrera ha llevado grandes campañas contra el imperialismo en forma concreta: contra el monopolio del transporte, contra las tarifas de electricidad, contra la opresión de las empresas frigoríficas, ferroviarias, petroleras, cerealistas, telefónicas, del gas, contra los empréstitos que hipotecan al país grupos financieros, etc.
Desde el Concejo Deliberante José Fernando Penelón dio la nota más elevada en defensa de los intereses públicos sobre la penetración imperialista en el país, fundamentalmente con el tema del transporte urbano y la electricidad.
CONTRA EL MONOPOLIO DEL TRANSPORTE URBANO: Sólo recordemos que cuando en 1923 la empresa ANGLO trató de sobornar al concejal J.F.Penelón, llevando un personero de la misma a su humilde casa alquilada de dos ambientes, un cheque sin cifra, con la firma de los directivos de dicha empresa, Penelón denunció el asunto al Concejo Deliberante, haciendo fracasar el aumento de boleto que propiciaba el Anglo Argentino.
C.O. editó un afiche que decía: "lo que ganó el pueblo con una actitud de Penelón." En 1923 el voto del concejal José Fernando Penelón pudo ser decisivo para el aumento del boleto tranviario. Un enviado de la empresa visitó al Concejal Penelón, pero éste no le permitió que hablara y denunció el hecho al Concejo (versión taquigráfica del año 1923, tomo I, pág.259). Esta actitud contribuyó a que el aumento de $262.877.088,74 que hubiera recaído en beneficio del capital extranjero por año, siendo las pretensiones de la empresa de transporte inglesa percibir ese aumento tarifario durante 11 años (de 1923 a 1933 inclusive).
El primero que denunció el plan monopolista que se tramitaba secretamente en la Intendencia , fue el Concejal Penelón y aún, perdida la representación de la C.O : por pocas decenas de votos, debido a la modificación de la ley electoral municipal, fraguada con esa intención, C.O: desde afuera del Concejo prosiguió su campaña contra el monopolio, expresándose en un cartel que se fijó por millares de ejemplares en las calles de la ciudad del siguiente modo: "La ley del monopolio del transporte es contraria a la Constitución Nacional ". "Ya es un hecho que se aprueba la ley del monopolio del transporte urbano.
Tan seguros están sus autores que han prescindido de la hoja de parra con que quisieron justificarlo al principio: el transporte interprovincial."
"El alcance de la ley es única y exclusivamente urbana. Su alcance interprovincial podría indisponer a los caudillos de las localidades vecinas, y se ha suprimido su carácter. Han pesado más los caudillos provinciales que todo el derecho de una ciudad a su gobierno propio, el plan de 50.000 familias obreras y las necesidades de la producción nacional. El zarpazo ya está resuelto en contra de los intereses populares y en beneficio del capital extranjero y de la clase vacuna..."
C.O. defiende en los sindicatos la necesidad de luchar contra el monopolio en defensa de la economía nacional, de la industria del país, de los trabajadores ocupados en el transporte, de los recursos de la población laboriosa y de los fueros y de la autonomía municipal (julio de 1936). Penelón seguía siendo el concejal del pueblo en la calle.
LA LUCHA CONTRA LAS EMPRESAS DE ELECTRICIDAD:
Un proyecto presentado por el Concejal José F. Penelón (extraído de la versión taquigráfica del 24/10/1933) de C.O. solicitaba la rebaja del 50% de las tarifas de electricidad, hasta tanto se determinara la rebaja definitiva, que debía ser aún mayor. La opinión de Penelón en esta materia y su argumentación, dio la pauta, para que luego el Concejo Deliberante, 4 jueces y una Cámara de 2° Instancia y hasta el fallo del Tribunal Arbitral, tuvieran que reconocer que la posición penelonista era justa
Uno de los argumentos –entre muchos otros- de Penelón, era "que las grandes ganancias de las empresas de electricidad ( la CHADE y la C.I .A.E.)denunciadas incluso hasta por diarios como " La Prensa ", demuestran que cobran tarifas usurarias y el Estado, en este caso, la Municipalidad , debe aplicar las leyes contra la usura. Las enormes ganancias del trust de la electricidad constituyen una sangría al país en beneficio del capital extranjero y las tarifas actuales representan durante decenas de años una expoliación indebida al pueblo por el imperialismo extranjero y una hipoteca de la economía del país y su desarrollo industrial al pulpo imperialista de la electricidad."
Algunos usuarios del servicio, asesorados por comisiones técnicas, se presentaron ante la Justicia y varios jueces condenaron a la CHADE a tener que devolver millares de pesos cobrados sin ningún derecho, lo que constituía un robo. Esos jueces sostenían la posición de Penelón, que por su contrato del año 1907 la CHADE no podía cobrar más por las tarifas convencionales que a las casas-habitación. Dos fallos judiciales de los Sres. Jueces Dr. Sarmiento y Dr. Cermesoni condenan a la CHADE a devolver $4.624,20 más intereses y costas, dándole la razón al concejal Penelón. Poco tiempo después C.O. en la figura de su concejal, salva nuevamente la dignidad de la representación popular, en una carta abierta dirigida al Intendente fascista De Vedia y Mitre, anunciaba en un cartel mural, de los que se distribuyeron más de 50.000ejemplares. Penelón demostraba que el Intendente servía a los intereses de la CHADE , salvándole más de 100 millones de pesos sacándolos de los bolsillos de los usuarios del servicio, es decir de la población laboriosa, aceptando un nuevo laudo ilegal que favorecería a la Compañía Hispano Argentina de Electricidad (CHADE). En un párrafo de esta carta abierta dirigida al Intendente De Vedia Y Mitre, Penelón, se expresaba de la siguiente manera: "el señor Intendente debe descender de su pedestal. Los que representamos al pueblo en el Concejo Deliberante no podemos olvidar que, dentro del régimen de la Constitución Nacional hay una sola autoridad indiscutible: es la del pueblo. Y de ella surgimos directamente los concejales, que si tolerásemos esos agravios, esos avances contra el Concejo, sin adoptar la actitud digna que corresponde, no seríamos nosotros los agraviados, sino el pueblo que nos eligió. No, Sr. Intendente. No vamos a aceptar que se cercene ninguna de nuestras atribuciones. Continuaremos criticando, controlando, los actos de la Intendencia. Y si encontramos que la actitud de ella no es la que corresponde, en un asunto como en la coordinación del transporte; si vemos en una posición del Intendente algo que entendemos perjudica al pueblo, como en la cuestión de la electricidad; si juzgamos que esas actitudes vienen a favorecer a algunas empresas en perjuicio de la población, continuaremos controlando, censurando y adoptando las resoluciones que a nuestro entender defiendan esos intereses populares sin que eso pueda ser interpretado ofensivo por algún Intendente, ya que para defender los mismos y conociendo nuestros programas, el pueblo nos ha enviado al Concejo Deliberante de la Ciudad de Bs As.
Y si hay quien auspicia el fascismo, cualquiera sea su posición, declaro sin ambages desde ya que la Concentración Obrera , defenderá con todo tesón las instituciones democráticas y la Constitución Nacional , contra cualquier ataque declarado o encubierto de esa tendencia reaccionaria.
Esas actitudes son graves, vuelvo a repetirlo. La obra del Concejo controlando las grandes empresas de servicios públicos, tan necesaria en estos momentos en que la economía del país va sufriendo a marchas agigantadas la penetración imperialista del capital extranjero que nos somete como un país colonial y cuyas relaciones con esas tendencias reaccionario-fascistas son tan evidentes, crea al Cuerpo enemigos poderosos y actitudes como las del Intendente, son aprovechadas por ellos.
Por el tenor de esta carta, el pueblo juzgará de mi cultura, como por su mensaje, juzgará la del Sr. Intendente. Sin duda son distintas: la mía es la de la democracia, la del Sr. Intendente, es la de esa clase aristocrática que parece pensar como Luis XIV: "El Estado soy yo".
Dejo librado al juicio del pueblo mi actuación como concejal. Día vendrá en que los Intendentes electivos estén sometidos al mismo juicio. Y agregaría, para el Sr. Intendente, las siguientes palabras: el mensaje político de las derechas sobre el asunto de electricidad, ocupará, sin duda alguna, el lugar que le corresponda en la historia. Será tal vez recordado como un antecedente sin igual en el mundo. No aspiro a tanto para mi modesta réplica. Mi sola ambición es que el pueblo vea en ella la de un luchador modesto contra el fascismo y la de un concejal que brega con dignidad por los fueros de las instituciones democráticas y por la independencia económica del país del yugo del capital extranjero"
Aún cuando C.O. quedara sin representación en el Concejo, prosiguió su lucha contra el pulpo de las empresas eléctricas desde la calle, en conferencias,etc. Es así que al conocerse el proyecto de los concejales de la Unión Cívica Radical, la C.O. comprendiendo lo monstruoso del proyecto, resolvió entrevistarse con el Dr. Marcelo T. De Alvear para tratar de impedirlo, siempre en defensa de los intereses del pueblo, oponiéndose a la monstruosa concesión que se pretendía otorgar a la CHADE y a la ITALO. El proyecto radical desarmaba al Concejo Deliberante de todos los artículos que servían para presionar a las empresas y entregaba al pueblo, sin rebaja real de tarifa, a una explotación desmedida. Se prolongaba por 25 años más la concesión, con opción a otros 25 más; se establecían aumentos de tarifas sobre los precios de contratos de 1907; se suprimía la clausura de progreso que permitía rever la tarifa con toda innovación técnica (cuando hasta en los mismísimos E.E.U.U., se habían rebajado las tarifas eléctricas un 50%, por ese motivo). Se aseguraba a las empresas por todo el tiempo de la concesión, la obligación de la Municipalidad de ser cliente de la CHADE y de la ITALO , impidiendo que se pudiera poner una usina municipal.
Se solucionaba a las empresas el problema de cableado a las provincias, se les aseguraba la exoneración de los impuestos y derechos de todas clases, se dejaba a un tribunal arbitral la apreciación de los capitales que tendría que pagar la Municipalidad con grandes pérdidas para la Comuna y hasta establecía el aumento automático de las tarifas en relación al precio del carbón, del valor de la moneda, de los salarios que quisiera pagar a sus directores y hasta la obligación de pagar lo que no se consumía, etc.
Este proyecto de concesión hacia las empresas, árbitros absolutos de las tarifas, del desarrollo económico del país, les permitía dar tarifas de preferencias a las grandes empresas vinculadas a las compañías eléctricas. Esto C.O. no lo podía permitir.
Penelón se entrevistó con Alvear, le explicó como este proyecto hipotecaba al país por una enorme cantidad de años y fundamentó su oposición al mismo. Alvear manifestó desconocer el asunto y prometió estudiarlo. La gestión de José F. Penelón, no tuvo el resultado que debía esperarse. Los radicales unidos a la concordancia, votaron esa concesión vergonzosa. La C.O. fijó con profusión un cartel titulado: "Se consumó el atentado", distribuyendo millares de volantes explicativos. Hacía falta Penelón en el Concejo Deliberante, con dos votos más de la C.O. no se hubieran aprobado estas vergonzosas concesiones.
Cualquier parecido con la actualidad no es mera casualidad. El saqueo del patrimonio nacional y la privatización de las empresas de servicios públicos durante más de dos décadas de neoliberalismo y cuyos estertores aún estamos padeciendo, hacen que la lucha del Concejal José Fernando Penelón tenga hoy en día, una enorme vigencia y ameritan ser estudiados sus proyectos, debates, discusiones e intervenciones contra las empresas monopólicas de servicios públicos (ya en los años en que Penelón se desempeñó como concejal, pedía en sus proyectos la municipalización de los servicios, o sea que pasaran a manos del Estado Argentino). Su lucha en defensa de los intereses del pueblo y de la soberanía nacional fue una prédica constante y no la abandonó hasta que lo abatiera una enfermedad incurable que acabó con su vida a los 64 años de edad, muy tempranamente e injustamente. Pero dejó su impronta en diputados y legisladores del campo popular, dirigentes y referentes políticos que siguen batallando por la estatización de las empresas de servicios públicos, contra los abusos del capital monopólico de empresas transnacionales, por un país más justo, por una mejor distribución del ingreso hacia los sectores más desfavorecidos de nuestra sociedad, porque no se nos mueran más 100 pibes por día de hambre y un bebé cada 45 minutos (según datos de UNICEF) y porque la SOBERANIA DE NUESTRO PAIS se convierta en realidad y no en un mero discurso retórico.
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