En la huelga de los peones rurales de Santa Cruz (1921), no sólo, el Partido Socialista Internacional, cumplió con su deber, sino que, con su campaña periodística primero, y con su agitación pública contra el gobierno después, ha obligado a las dos Federaciones: (F.O.R.A. Quinto Congreso y F.O.R.A. IX Congreso, anarquista y sindicalista, respectivamente) a ocuparse del asunto, sin lograr, sin embargo, que éstas hicieran más que tomar simples declaraciones.
En la dirección de ese movimiento, había afiliados al P.S.I.; el Comité Ejecutivo contribuyó con recursos materiales de importancia a salvar de la reacción capitalista al líder más conocido de esa huelga –afiliado al partido- cuya cabeza había sido puesta a precio por los capitalistas de esa región; el C.E. hizo, con motivo de esos hechos una de las más importantes agitaciones, en la que tomaron parte algunos deportados, expresando la simpatía que les merecía la actitud del partido en esa emergencia, entre los que había algunos de tendencias anarquistas y sindicalistas y la mayoría, no eran comunistas. La agitación del P.C. mereció los honores de ser obstaculizada por la policía, a pesar de lo que continuó durante un tiempo bastante prolongado, con enorme cantidad de manifestaciones apoyando a los peones rurales, que se hicieron acá en Bs. As., y fueron salvajemente reprimidas por la policía.
Extraído de la Biblioteca del Congreso de la Nación, División Microfilm, año 1997.
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